Museo Diocesano de la Virgen del Valle

Llegar a Margarita y no visitar a la virgen del Valle, es como llegar a una casa y no saludar a su dueña. Pues en el Valle del Espíritu Santo esta la milagrosa imagen de la patrona de oriente, la patrona de la armada y la reina de la guaiqueries.

En torno al origen del culto a la virgen marinera se han escritos muchas historias, sin embargo la versión más aceptada nos lleva la isla de Cubagua cuando los pobladores Nueva Cadiz la ciudad de las perlas la mandaron a hacer a mediados del siglo XVI. pero ante la inclemencia de un maremoto que dejo en ruinas a la ciudad en 1541, los sobrevivientes se trasladaron con virgen y todo una " Mano de Dios abierta sobre las aguas" como lo es la isla de Margarita.

En ese hermoso espacio insular, la virgen encontró su Valle, encontró el valle del Espíritu Santo el cual ha sido motivo de inspiración de poetas y cantores quienes le han dado variados apelativos como : "El Valle Encantado", "El Valle Misterioso", "El Valle de la Misericordia" y el Valle de las Gracias y de la Esperanza" lo cual es indiscutible, pues desde allí, desde su gruta o su hermosa iglesia de líneas góticas la virgen del Valle a irradiado su fe y protección convirtiéndose en la guía indiscutible de los orientales.

En la Margarita de ayer y hoy, la virgen del valle es todo, es amor, es fe y admiración, es un sentimiento que el pueblo margariteño vive y siente permanentemente por quien siempre da muestra de agradecimiento ejemplo de ello, es el museo diocesano donde se pueden admirar un verdadero tesoro que asombra tanto por su belleza como por su cuantía, Pero sin lugar a duda lo que más admiración y mutismo causa, es la numerosa concurrencia de visitantes que día a día vienen al valle, en especial, en el mes de septiembre, cuando son sus fiestas.

Ellas se inician el primero del mes, con la tradicional ceremonia de la virgen y el 8, cuando es su día, se ven como sus seguidores llegan desde los cuatro puntos cardinales de oriente para agradecerles su milagros, demostrándole numerosas muestras de amor que van desde el canto de los galerones, el obsequio de flores y las mas copiosas y emocionadas lagrimas que brota con la sola vista de su imagen.

Para culminar esta breve historia de la madre del mar y sus marineros, no olviden que en el Valle se puede disfrutar de una sabrosa empanada de cazón o comprar algún recuerdo a la matronas margariteñas quienes a las afueras de la iglesia siempre estarán dispuestas a darle la bendición o contarles algunos de los milagros concedidos por nuestra hermosa Virgen del Valle, los cuales se dicen que son tan numerosos como las estrellas del cielo.